Por STEVEN FREELAND
15 de febrero 2010
Hay aproximadamente 300.000 niños
actuando como tropas de primera línea en los conflictos armados en todo el
mundo, mientras que otros 500.000 son reclutados por el gobierno, paramilitares
y grupos guerrilleros como esclavos sexuales, porteadores, cocineros, espías y
para colocar minas terrestres.
Estos jóvenes, que en virtud del derecho
internacional se consideran ''niños'', a menudo son obligados a participar en
la comisión de crímenes atroces.
Esta tendencia tiene una cantidad de
causas. Los niños son vistos como participantes
“atractivos" en los conflictos armados. Son vulnerables a las influencias externas, pueden ser entrenados
para convertirse en soldados eficientes y pueden ser obligados a realizar las
más peligrosas (y brutales) tareas, mediante la intimidación, manipulación, o
bajo la influencia de las drogas.
Además, la proliferación de armas ligeras,
como el AK-47 significa que los niños pueden ser efectivamente enviados al
combate activo.
Agregando a la enormidad del problema, el
mundo sigue siendo sacudido por los conflictos armados. Entre 1990 y 2007, 16 de los 20
países más pobres del mundo - donde el uso de niños soldados es especialmente
frecuente - enfrentaron conflictos internos violentos. El reclutamiento de
niños se convierte en una manera fácil de suplir la carencia de personal
causada por la muerte o las lesiones.