Por Matthew Parish
Traducido por Luis J. Leaño.
El 10 de abril 2013, tuve el honor de ser invitado por Vuk Jeremic, Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, para moderar una mesa redonda ante el parlamento mundial. La discusión fue parte de un debate temático sobre el papel de la justicia penal internacional, veinte años después de la creación del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia. El tema del panel fue: Los tribunales penales internacionales alcanzarán la justicia sustancial?, y a qué costo?
La mesa redonda se componía de varios distinguidos participantes, entre ellos el general Lewis Mackenzie, ex Comandante de la UNPROFOR para el Sector de Sarajevo, el profesor Charles Jalloh, profesor de Derecho de la Universidad de Pittsburgh y comentarista de renombre en la Corte Penal Internacional; John Ciorciari, Profesor de Políticas Públicas de la Universidad de Michigan, y Savo Štrbac, Presidente de VERITAS, una ONG con sede en Belgrado que cataloga los crímenes de guerra cometidos en las guerras yugoslavas.
El debate fue prolongado y exhaustivo, ya que cada orador trajo experiencias de justicia penal internacional en diferentes partes del mundo para alimentar la discusión. Hubo una serie de temas entre cruzados. Entre ellos, no menos de cinco temas principales prevalecieron.
El crecimiento del Derecho Penal Internacional.
La primera cuestión es de perspectiva histórica: ¿por qué ha habido tal proliferación de derecho internacional sólo en los últimos veinte años? Los primeros juicios penales internacionales en tiempos modernos siguieron el final de la Segunda Guerra Mundial. Pero luego hubo un paréntesis de casi 50 años antes de la próxima Corte Penal Internacional, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), que fue creado por las Naciones Unidas en 1993. En el período intermedio hubo muchas guerras por todo el mundo y, como es inevitable en el caso de todas las guerras, muchos crímenes de guerra. Pero ninguno de esos crímenes fueron llevados a juicio, y la idea de los juicios por crímenes de guerra languideció hasta las guerras en la antigua Yugoslavia. ¿Qué cambió en el ínterin?
La respuesta es compleja, pero entre las razones podría incluirse el fin de la Guerra Fría, la aparición de una única superpotencia con un punto de vista distintivo del derecho internacional, el fracaso de la comunidad internacional para responder con eficacia mediante el uso de medios militares y diplomáticos al desarrollo de la guerra civil en la antigua Yugoslavia, y un sentido de vergüenza internacional provocada por la presentación en los medios de comunicación de las atrocidades de la guerra. En resumen, el establecimiento de la primera instancia penal internacional reciente puede haber sido impulsado más por un sentimiento de culpa por parte de la comunidad internacional, que por un objetivo político coherente y claramente articulado.