NOTA DE PRENSA
Domingo, 7 de febrero de 2010
Declaración sobre el archivo de la querella de Irak en España presentado
contra cuatro presidentes de EU. y cuatro Primeros Ministros del Reino Unido por
crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio en Irak
Fuente: www.brusselstribunal.org
Llamamiento a la acción coordinada
MADRID/EL CAIRO: Sea cual sea su resultado, ninguna
investigación pública sobre la decisión de hacer la guerra sobre Irak será
suficiente mientras encubra los crímenes cometidos, excluya a las víctimas, y
no sancione a los responsables. Los actos ilegales conllevan consecuencias. Los
muertos, heridos y demás afectados merecen justicia.
El 6 de octubre de 2009, junto con y de parte de
querellantes iraquíes, interpusimos una querella ante la Justicia española
contra cuatro presidentes estadounidenses y cuatro primeros ministros
británicos por crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio en
Irak. La demanda hizo referencia a hechos transcurridos a lo largo de 19 años.
No solamente trataba la destrucción generalizada a la que Irak ha sido sometido
desde 2003, sino también el periodo de sanciones durante el cual se registraron
1,5 millones de muertes excesivas en Irak.
A la hora de interponer la querella, nos constaba que
el Senado español estaba a vísperas de un voto sobre una enmienda ya aprobada
en el Congreso de los Diputados, que limitaría el alcance de la aplicación de
la justicia universal. Éramos conscientes de que la restricción podría
aplicarse de manera retroactiva, y de hecho se tomaron en cuenta las nuevas
pautas regidas por la enmienda, que por aquel entonces seguía siendo una
propuesta. Horas tras la presentación de la querella, se aprobó la limitación
del alcance de la ley de justicia universal en España. Poco tiempo después, se
archivó nuestra demanda. Varios otros casos e investigaciones de carácter
serio, y que requieren la vigencia de la justicia universal para asegurar su
continuidad, se ven hoy en día enfrentados con graves obstáculos.
Cae otra jurisdicción
A pesar de presentar una demanda sustanciada de 110
páginas (véase la Introducción adjunta), el Fiscal y el Juez asignado a nuestro
caso decidieron que no había razón para investigar. Sus argumentos eran
erróneos y podrían haber sido refutados con facilidad si hubiésemos podido
recurrir. Para ello, necesitábamos un abogado profesional español. Podría
haberse tratado o bien de una persona remunerada o bien de un abogado
voluntario que ofrecería su ayuda al pueblo iraquí en su lucha por la justicia.
Como carecíamos de medios, y por otras razones generalmente relacionadas a
asuntos internos españoles que no nos concernían, no pudimos conseguir un
abogado, ni voluntario ni remunerado. Nuestra petición de extensión de plazo a
los tribunales mientras conseguíamos el apoyo de un abogado fue denegada.
Seguimos creyendo que la matanza violenta de más de
un millón de personas en Irak desde 2003, que la ocupación estadounidense – que
como tal lleva responsabilidad legal directa – y que el desplazamiento de hasta
una quinta parte de la población iraquí a causa del terror que la ocupación ha
impuesto e incitado, implican sin lugar a duda que las alegaciones que
presentamos merecen ser investigadas.
En realidad, este es un ejemplo clarísimo del tipo
de caso del cual sistemáticamente rehúyen las autoridades en Occidente –
incluyendo en España. En el pasado, los estados occidentales han convertido la
justicia universal en instrumento para juzgar a países del Tercer Mundo. Pero
cuando las mismas víctimas del Sur empezaron a tratar de lograr justicia y el
enjuiciamiento de agresiones de Israel y Estados Unidos mediante la puesta en
marcha de casos bajo las leyes de justicia universal, los países occidentales
se apresuraron a limitarlas. Hoy en día, el abandono de la justicia universal
mediante su dilución se ha convertido en una tendencia generalizada.
Llamamiento a la ampliación del esfuerzo colectivo
de iniciar procedimientos criminales
Lamentamos que los tribunales españoles se hayan
negado a investigar nuestro caso, pero esto no nos desalentará. La nuestra es
una causa justa. Los crímenes son evidentes. Los responsables son bien
conocidos. Sin embargo el sistema jurídico internacional sigue ignorando a las
víctimas iraquíes. El deseo de lograr la justicia para las víctimas y el de
toda la humanidad de sancionar a los criminales de guerra, nos obligan a buscar
vías legales alternativas, para que se investiguen los crímenes cometidos en
Irak y para que se pueda establecer la responsabilidad jurídica.
Actualmente, el derecho internacional fallido
permite que los criminales de guerra estadounidenses y británicos estén por
encima de la ley. Esta realidad constituye un ataque – y hace posibles futuros
ataques – contra los derechos de todas las personas de todo el mundo. Consecuentemente,
seguiremos abogando por la explotación de todas las vías posibles, incluyendo
aquellas proporcionadas por las instituciones de las Naciones Unidas, la Corte
Penal Internacional y los tribunales populares, para poner en evidencia y traer
ante la justicia y la opinión pública y moral, los crímenes que Estados Unidos
y Reino Unido han cometido en Irak.
Quedamos a la disposición, con nuestra experiencia y
conocimiento, de aquellos quienes luchan en esta dirección. Esperamos que
llegue el día en que los países del Sur, que generalmente son las víctimas de
la agresión, refuercen sus sistemas jurídicos mediante la implementación del
principio de la justicia universal. Será un gran servicio para la humanidad y
el derecho internacional.
Millones de personas en Irak han sido matadas,
desplazadas, aterrorizadas, detenidas, torturadas o empobrecidas bajo los
ataques militares, económicos, políticos, ideológicos y culturales de Estados
Unidos y Reino Unido. El tejido e incluso el mismo ser del país han sido
sujetos a la destrucción intencionada. Esta destrucción constituye uno de los
crímenes internacionales más graves jamás cometidos. Toda la humanidad debería
oponerse a que el derecho permita, mediante su fracaso a la hora de garantizar
la justicia para las víctimas, que esta destrucción se convierta en el
precedente que abre el siglo 21.
Comité Ad Hoc por la Justicia para Irak
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