Agosto 6, 2013
Traducido por Luis J. Leaño.
La raza humana se encuentra al borde de la auto- extinción nuclear y con ello morirán la mayoría, sino todas las formas de vida inteligente en el planeta tierra. Cualquier intento por disipar la ideología del nuclearismo y del mito que le asiste, frente a la propuesta de la legalidad de las armas nucleares y de la disuasión nuclear, debe luchar a brazo partido con el hecho de que la era nuclear fue concebida en el pecado original de Hiroshima y Nagasaki, en Agosto 6 y 9 de 1945.
Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki contituyeron crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra de acuerdo a la definición de la Carta de Núremberg de Agosto 8 de 1945, y violaron varias provisiones básicas de las Regulaciones agregadas a la Convención de la Haya No. 4, respecto de la Leyes y Costumbres de la Guerra en tierra (1907), las normas del derecho internacional consuetudinario enunciadas en el proyecto de Reglas de la Haya sobre combate aéreo (1923), y en el manual de campo del Departamento de Guerra de los Estados Unidos 27-10, reglas relacionadas con la guerra en tierra (1940). De acuerdo con este manual de campo y con los principios de Núremberg, todos los funcionarios y oficiales militares del gobierno civil que ordenaron o concientemente participaron en el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki podrían haber sido sancionados penalmente como criminales de guerra. Cualquier progreso hacia la resolución del predicamento nuclear de la humanidad debe provenir del reconocimiento de que las armas nucleares nunca han sido instrumentos legítimos de una política de Estado, sino que por el contrario siembre han constituído instrumentos ilegítimos de anarquía internacional y comportamiento criminal.