Por Clive Baldwin
Asesor jurídico superior, de Human Rights Watch
19 de Mayo de 2014
Traducido por Luis Leaño
El anuncio hecho el 13 de mayo por la fiscal de la Corte Penal Internacional en torno a la reapertura de un "examen preliminar" sobre presuntos crímenes de guerra británicos en Irak, parece haber tomado por sorpresa a muchos en el Reino Unido. Pero es menos sorprendente para cualquiera que haya seguido el camino obstructivo de las autoridades británicas en torno a las numerosas denuncias de abusos a detenidos en Irak.
El Reino Unido es uno de los fundadores y firme defensor de la corte, pero es a menudo reacio a aplicar a nivel nacional las normas que el Reino Unido promueve internacionalmente. En particular, no ha habido ninguna indicación de que las autoridades británicas hayan aplicado alguna vez el principio básico de justicia penal internacional llamado “responsabilidad de mando”. Es decir, el mantenimiento de la responsabilidad de los comandantes militares y civiles por los crímenes de guerra cometidos por sus subordinados.