Septiembre 28, 2013
Según un reporte de la Associated Press, más de una década después de estimular una campaña de terror en Sierra Leona proveyendo a rebeldes con armas, Charles Taylor fue definitivamente condenado a 50 años, en una sentencia que finalmente brindó justicia a las víctimas.
La Sala de Apelaciones del Tribunal Especial para Sierra Leona confirmó la condena para el antiguo presidente de Liberia, por once cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, incluyendo terrorismo, asesinato, violación y uso de niños soldados.
Taylor es el primer antiguo presidente condenado por una corte internacional de crímenes de guerra desde la II Guerra Mundial y la confirmación del fallo ha sido apreciada como que destaca una nueva era de responsabilidad para las cabezas de Estado.
"Este es un día histórico y trascendental para el pueblo de Sierra Leona y para la región", dijo el Secretario General de la ONU Ban Ki Moon.
"La sentencia es un hito significativo para la justicia penal internacional, como que confirma la condena de un antiguo cabeza de Estado por ayudar, incitar y planear crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad".
Stephen Rapp, embajador para asuntos de crímenes de guerra en el Departamento de Estado de los Estados Unidos y antiguo fiscal en el tribunal de Sierra Leona, dijo que la decisión "envía un claro mensaje a todo el mundo, en el sentido de que cuando alguien comete crímenes como estos, podría ser que no ocurriera de la noche a la mañana, pero habrá un día para rendir cuentas".
Sin embargo, también se aprecia el establecimiento de una dualidad de jurisprudencia en dos cortes internacionales, sobre lados opuestos y sobre la cuestión de cuando un alto funcionario puede respaldar un posición en la guerra civil de otro país. Un asunto que los líderes mundiales deben considerar al reflexionar sobre el asunto de brindar armamento en Siria.
La sala de apelaciones del tribunal de Sierra Leona rechazó una decisión controversial de el TPIY, que estableció que para probar que un líder había ayudado e incitado un crimen, debía demostrarse que la asistencia había sido específicamente dirigida a la comisión del crimen. En ese caso, el antiguo jefe del estado mayor del ejército nacional yugoslavo, fue absuelto del cargo de haber ayudado e incitado las atrocidades cometidas por las fuerzas serbio- bosnias, incluso aunque hubiera enviado armas y otros elementos.
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