No son los gobiernos derechistas quienes institucionalizaron la dominación racial en Israel; el proceso comenzó décadas antes de que tomaran el poder.
Roy Isacowitz
Roy Isacowitz
Traducido por Luis Leaño
Me gusta y respeto enormemente a Benjamin Pogrund, pero se equivoca en tres cargos ("La política israelí no es apartheid", del 25 de agosto)
Desde 2002, el apartheid se ha definido como un crimen contra la humanidad en el derecho internacional. Esa definición está consagrada en el artículo 7 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que se refiere a la definición de apartheid en la Convención Internacional de las Naciones Unidas de 1973 sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid.
Sudáfrica (o para ser precisos el sur de África), sólo se menciona una vez en la CISRCA, como ejemplo de las "políticas y prácticas" de discriminación racial. A continuación, pasa a una definición en detalle, sin hacer referencia a Sudáfrica. El Estatuto de Roma solo menciona a Sudáfrica como signatario del tratado (de 1998) y en diversas notas y referencias.
Todo lo cual significa que el apartheid tiene una personalidad jurídica internacional más allá e independientemente de sus raíces en África del Sur. Es el ejemplo de apartheid, pero de ninguna manera el modelo requerido.
Todo lo que es necesario es que un país cometa "actos inhumanos", como lo define el estatuto, en el contexto de un "régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemática de un grupo racial sobre cualquier otro grupo o grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen ", como está parafraseado en el párrafo primero del artículo 7 del Estatuto de Roma.
Cualquiera que piense que Israel se ajusta a esa descripción, legítimamente y con precisión puede describirlo como un Estado que practica el apartheid. Esos son los hechos. El resto es sólo semántica - y los azotes pedantes de un caballo muerto -.
El hecho de que Israel no sea signatario del Estatuto de Roma, no tiene relación con la validez de la definición de apartheid en el derecho internacional.
Pero es verdaderamente excitante la declaración de Pogrund. O lo que [Bradley] Burston insiste es el apartheid: "son las acciones de un gobierno de derecha que se comporta como un gobierno de derecha."
De Verdad? Como si la ocupación comenzara con Benjamin Netanyahu y él, en lugar de Shimon Peres y Yitzhak Rabin, fuera el padrino de los asentamientos. Como si se tratara de un gobierno de derecha que llevó a cabo la limpieza étnica de 1948 y desarrolló la capacidad nuclear clandestina de Israel (según informes extranjeros), empujando así a toda la región en una carrera de armamentos nucleares.
El gobierno actual de Israel es una versión judía de Margaret Thatcher o Silvio Berlusconi - un poco áspero, demasiado estridente en sus pronunciamientos y poco amigo del hombre de trabajo - pero básicamente bien dentro del consenso democrático occidental.
La desposesión colonial de Israel y la subyugación de los palestinos comenzó mucho antes de Netanyahu y mucho antes de que el primer gobierno de derecha llegara al poder en 1977. De hecho, comenzó mucho antes de que el primer gobierno de izquierda llegara al poder.
El Israel de hoy - irredentista, paranoico, intolerante y cada vez más desquiciado - es la culminación de un proceso que se inició a finales del siglo 20, cuando los primeros sionistas crearon el mito de una "tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra" y se dedicaron a la expropiación de tierras palestinas. (No muy diferente, por cierto, a los cientos de años de discriminación racial que precedió al sistema formal conocido como apartheid.)
A más de un grupo de extrema derecha de políticos israelíes, le tomó crear el "régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre cualquier otro grupo o grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen", descrito por el Estatuto de Roma. Tardó más de 100 años de esfuerzo decidido - incluyendo guerras, masacres, trastornos de población, detenciones masivas, legislación discriminatoria, administración militar, ejecuciones arbitrarias y así sucesivamente - hasta que Israel llegó a donde está hoy.
En lugar de la indiferencia de Pogrund, "gobierno de derecha comportándose como un gobierno de derecha", (con su promesa de que todo podía simplemente cambiar en las próximas elecciones,) Israel es un sólido edificio de revanchismo colonial y superioridad étnica aparentemente inamovible, dirigido por un culto fanático empeñado en la gloria o el suicidio final.
En tal situación, la prescripción de Pogrund de "Mantenerse fuerte, mantenerse en el camino" es de poco consuelo.
Y luego está la afirmación extravagante de Pogrund de que "Los opositores [del régimen del apartheid en Sudáfrica] se sintieron impotentes para detener la marea. Pero ellos se mantuvieron firmes y siguieron creyendo en una Sudáfrica no racista y democrática ".
Parece pues mucho glaseado en el pastel de la nación arco iris. Algunos, sobre todo oponentes blancos, se mantuvieron firmes y siguieron creyendo, pero muchos otros - negros, blancos y en el medio - prefirieron la violencia. El régimen deliberadamente enfrentó unas tribus contra otras; cientos de miles de personas murieron en la violencia étnica. Aún más, abandonaron el país desesperadamente. La economía se derrumbó y Sudáfrica se convirtió en un Estado fallido. Más de 20 años después, todavía no se ha recuperado.
Que Sudáfrica no se desintegrara en una guerra civil fue mayormente suerte, Nelson Mandela y FW de Klerk que cualquier otra cosa. Podría fácilmente haber sido al revés. Está Pogrund realmente recomendando que cambiemos lo mismo aquí en Israel?
Roy Isacowitz es periodista y escritor en Tel Aviv. Es redactor en la edición inglesa de Haaretz. Ha trabajado en periódicos tanto de Sudáfrica como de Israel.
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El original del artículo anterior puede consultarse en el siguiente enlace:
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