"Cualquier recurso a la guerra, a cualquier tipo de guerra, es un recurso a medios que son inherentemente criminales. Guerra, inevitablemente, es un curso de asesinatos, asaltos, privaciones de la libertad, destrucción de la propiedad.

"


Robert Jackson

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jueves, 22 de septiembre de 2011

Reconocimiento de un Estado palestino, ¿una amenaza para Israel?


Por: ANTONIO ALBIñANA


 22 de Septiembre del 2011. EL TIEMPO. COLOMBIA.


Mahmoud Abbas solicitará este viernes a la ONU reconocimiento de Palestina, pese al pedido de Obama.


"El Estado de Israel está en peligro (...), el principio de inmovilismo en materia de paz con los palestinos ha tenido ya efectos devastadores (...), pronto seremos despertados de nuestro gran sueño por una enorme conflagración". El editorialista del influyente diario de Tel Aviv Haaretz (El País), Yöel Marcus, advertía, con la mirada puesta en los debates de la ONU previstos para la sesión de este viernes: "(...) se extiende el sentimiento de que regresa el terrorismo, mientras la comunidad internacional nos reprocha no haber aprovechado el tiempo para llegar a un acuerdo con los palestinos".


Hay miedo en Israel por los motivos más dispares, en vísperas de que Naciones Unidas adopte una decisión sobre Palestina. De los colonos, cerca de 500.000, que han ocupado en los últimos años tierras palestinas en Cisjordania, porque piensan que se inicia la cuenta regresiva para su desalojo. De las fuerzas vivas, porque ven a Israel encausado ante una Corte Penal Internacional (que no reconoce) con sanciones que pueden arruinar al país. De la ciudadanía, que vive en un escenario cotidiano de violencia de baja intensidad, por la posible actuación de yihadistas de toda laya, manipulados por Irán o por Al Qaeda.


El veto anunciado de Estados Unidos, determinante en el Consejo de Seguridad, excluye de entrada el reconocimiento de Palestina como un Estado de pleno derecho, aunque lo que se trataría en ese caso no sería más que de dar paso al cumplimiento de la Resolución 181 de 1948, de la propia ONU, que acordó la partición de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío. Aquella vez, los palestinos no aceptaron y se enfrascaron desde entonces en una serie de guerras, todas perdidas. 


Como señala el analista británico Robert Fisk (The Independent), el mejor experto en Próximo Oriente: "La creación del Estado de Israel pudo haber sido injusta (como lo demuestra la diáspora palestina), pero fue legal. La ONU confirió legalidad a Israel y EE. UU. fue el primero en votar por su creación. Ahora, por una ironía suprema de la historia, es Israel el que quiere impedir que la ONU confiera a los árabes palestinos su legitimidad, y EE. UU. será el primero en vetarla". 


Después de que el representante palestino, Mahmud Abbas, anunció el pasado jueves, antes de salir de Ramala, que pasaría la petición de reconocimiento por el Consejo de Seguridad antes de llevarla a la Asamblea General de la ONU, el final de un proceso aún incierto está ya anunciado: en un plazo más o menos inmediato, Palestina pasará del estatuto de 'organización observadora' al de 'Estado no miembro', lo que le permitirá formar parte de todas la agencias de Naciones Unidas y negociar de Estado a Estado con Israel, que se resiste obstinadamente a cualquier reconocimiento de su vecino.


Para muchos observadores, amigos o con excelentes relaciones con los israelíes, y para muchos sectores judíos, el reconocimiento de Palestina como Estado será beneficioso para Israel. Javier Solana, ex secretario general de la Otan, ha llamado a los europeos a votar unánimemente a favor, no solo para rentabilizar el millón de euros que Europa gira cada año para la viabilidad palestina, sino para beneficiar a Israel: "Es cierto que la votación (como Estado no miembro de la ONU) daría a los palestinos unas opciones de negociación que ahora están cerradas, pero también podría ayudar al Estado judío. Los pasos para reconocer al Estado palestino dentro de las fronteras de 1967 reforzarían la legitimidad de la propia existencia de Israel".


Por otra parte, el compromiso palestino (en el que está incluido el islamista radical Hamás, que gobierna en la franja de Gaza) al solicitar su reconocimiento por parte de la ONU de cumplir con los principios y normas de Naciones Unidas y con las leyes internacionales, y de adquirir las formas de una plena democracia, es una garantía más para el Estado de Israel: "No hay guerras entre democracias", afirma un tópico diplomático. 


En el interior de Israel son muchas las voces que indican que reconocer a Palestina contribuiría a deshacer miedos e incertidumbres. La propia ex canciller, Tzipi Livni, líder de Kadima, el partido más votado en las últimas elecciones, declaró que estaba de acuerdo con el plan de paz que el Presidente de Estados Unidos lanzó el pasado mes de mayo, basado en que Israel se repliegue a las fronteras de 1967 y en la suspensión de nuevos asentamientos judíos en tierra palestina: "Las propuestas de Obama resultan convenientes para Israel, el gran problema es el inmovilismo de Netanyahu", declaró Livni. 


El Presidente israelí, de visita en Washington, confirmó de inmediato que no aceptaba el plan, y el propio Obama dejó a Livni "colgada de la brocha".


Meses después, Obama renunció a su iniciativa y retrocedió paulatinamente en sus intenciones internacionales, que le valieron el Premio Nobel de la Paz, para dedicarse a trabajar con vistas a su reelección presidencial, emproblemada por las actuaciones de la derecha republicana.


El tópico manejado por los estadounidenses y su diplomacia en la actual Asamblea General de Naciones Unidas es que el reconocimiento de Palestina llegará tras futuras conversaciones de paz, una posición, valga la anotación, secundada por Colombia. 


La realidad es que dichas conversaciones, desde los acuerdos de Camp David (1978), no han servido para avanzar un milímetro a favor de los palestinos después de décadas. La cláusula incluida en los posteriores Acuerdos de Oslo que dice que "no hay nada acordado hasta que todo esté acordado" ha impedido cualquier avance en 17 años. 


Ahora, se trataría de poner en el minuto cero el reloj de la negociación, con respeto y reconocimiento entre los dos Estados, con la veeduría internacional que se establezca desde la ONU, en lugar de las anteriores conversaciones entre un Estado, Israel, y un "movimiento de liberación", la OLP, con la presunta mediación de Estados Unidos, el aliado fundamental del primero.


Las amenazas para el futuro son claras de lado y lado. A los centenares de miles de colonos israelíes, asentados ilegalmente en territorio palestino, se les entregaron la semana pasada gases lacrimógenos y armamento antidisturbios, para reforzar su propio servicio de vigilancia armada, y se les dotó de entrenamiento militar, por si son objeto de asaltos para recuperar las tierras arrebatadas por la fuerza mediante el desplazamiento de campesinos. 


Analistas israelíes, como Yoël Marcus, se preguntan qué pasará si un día estos colonos son obligados a evacuar sus asentamientos, como parte de un acuerdo oficial y pacífico de intercambio de territorios con los palestinos.


En el lado árabe no se estima que las cosas vayan a cambiar sobre el terreno en un plazo inmediato, pero es clara la amenaza de que las facciones más radicales islámicas y la miríada de grupos yihadistas actúen para sabotear el proceso de la construcción del Estado palestino, que se configuraría a través de dos territorio separados: Cisjordania, gobernada por Fatah, y Gaza, gobernada por Hamás (ambos partidos en proceso de fusión). 


Según fuentes consultadas entre periodistas de El Cairo, armas suministradas por Europa a los rebeldes libios y distribuidas a particulares de forma irresponsable en Trípoli están cruzando el desierto de Sinaí para armar a una nueva generación de la guerrilla islámica.


Israel se encuentra en estos momentos aislada diplomáticamente respecto de sus vecinos, sin embajadores en los países de sus viejos aliados, Egipto (a cuyo dictador, Mubarak, estuvo sosteniendo Netanyahu hasta el último minuto), Turquía y Jordania. 
El reconocimiento de Palestina sería clave para engrasar de nuevo unas relaciones fundamentales para la impermeabilización de las fronteras de amenazas.


Antonio Albiñana
Especial para EL TIEMPO


http://www.eltiempo.com/mundo/medio-oriente/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10419584.html

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