"Cualquier recurso a la guerra, a cualquier tipo de guerra, es un recurso a medios que son inherentemente criminales. Guerra, inevitablemente, es un curso de asesinatos, asaltos, privaciones de la libertad, destrucción de la propiedad.

"


Robert Jackson

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martes, 20 de septiembre de 2011

Israel y el propuesto Estado palestino


Por Yoed Magen.  
El Tiempo.  Septiembre 20, 2011.

Hay una percepción equivocada de que la iniciativa palestina ante la ONU, de reconocer un Estado palestino, contribuirá a resolver el conflicto palestino-israelí y acercará la paz.
    Es importante enfatizar que Israel no se opone a la creación de un Estado palestino. El principio de dos Estados para dos pueblos es ampliamente apoyado por los israelíes, por los partidos políticos de izquierda y derecha, y fue reconocido por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en su discurso en Bar-Ilan, en junio del 2009. Cabe recordar, que Israel fue el único país de la región que aceptó, el 29 de noviembre 1947, el Plan de Partición de la Tierra de Israel en 2 estados: uno judío y otro árabe.
    A través de los años, Israel ha hecho esfuerzos considerables para alcanzar un acuerdo de paz con los palestinos, que incluiría también la creación de un Estado palestino. Sin embargo, la única manera de lograrlo es a través de negociaciones bilaterales y no por medio de un órgano internacional que imponga la solución y sus condiciones.
    En otras palabras, el debate ahora no se trata de si se crea o no un Estado palestino, sino de la manera de lograrlo.
    Esta acción unilateral socava los principios básicos del proceso de paz y los marcos aceptados internacionalmente para las negociaciones -resoluciones del Consejo de Seguridad 242, 338 y 1850; la Hoja de Ruta; las declaraciones del Cuarteto, etc.-, que llaman a una resolución mutuamente negociada del conflicto, y que rechazan las acciones unilaterales.
    La declaración violaría los acuerdos existentes, principalmente el Acuerdo Interino de 1995, que prohíbe la acción unilateral para cambiar el estatus de la Margen Occidental y Gaza, antes de lograr un acuerdo negociado de estatus permanente. Además, pondrá en riesgo la cooperación económica y de seguridad entre Israel y los palestinos.
    El reconocimiento servirá a la dirigencia palestina como una plataforma para elevar su estatus en otros organismos de la ONU e intensificar de esta manera su lucha diplomática contra Israel. Los palestinos aspiran a que a través de esta lucha y de decisiones de la ONU, se dicten los resultados de las negociaciones; así, no tendrían ellos que sacrificar sus posiciones.
    En el mejor de los casos, esta iniciativa unilateral complicará las perspectivas de paz en Oriente Medio, más que todo porque ignoraría los legítimos intereses del Estado de Israel.
    No cabe duda de que el apoyo político en Nueva York endurecerá la posición palestina, de manera que le dificultará luego llegar a un compromiso real e histórico con Israel, y quitará todo incentivo para que los palestinos vuelvan a la mesa de negociaciones.
    Un escenario peor sería que el reconocimiento lleve a una ola de violencia en Oriente Medio, hecho que puede perjudicar los esfuerzos de la paz por muchos años. Imagínense la frustración de los palestinos cuando entiendan que la declaración política en la ONU no está sustentada por la realidad. El enojo se convertiría en violencia.
    Pero la problemática quizás más grande sería que el reconocimiento del Estado palestino por parte de la ONU incluiría un reconocimiento de facto al grupo terrorista Hamas, quien controla la franja de Gaza. Es oportuno recordar que Hamas tiene como objetivo declarado la destrucción del Estado de Israel.
    En conclusión, el paso palestino unilateral no solo es contraproducente en el ámbito político, sino que tiene un potencial muy explosivo. La comunidad internacional tiene que tener claras las posibles implicaciones y consecuencias de tal acción unilateral, debe actuar responsablemente y no permitir dichos procesos, que fortalecerán las tendencias negativas en nuestra región y crearán precedentes peligrosos.
* Embajador de Israel en Colombia

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