"Cualquier recurso a la guerra, a cualquier tipo de guerra, es un recurso a medios que son inherentemente criminales. Guerra, inevitablemente, es un curso de asesinatos, asaltos, privaciones de la libertad, destrucción de la propiedad.

"


Robert Jackson

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martes, 30 de agosto de 2011

La propaganda de Guerra. Libia y el fin de las ilusiones occidentales.



Por Thierry Meyssan

Global Research, Agosto 20, 2011


Cinco meses después de la campaña de bombardeos, ya no es posible creer en la versión inicial oficial de los hechos y de las matanzas atribuidas al "régimen de Gaddafi". Además, ahora es fundamental tener en cuenta réplica legal y diplomática de Libia cuando pone de relieve los crímenes contra la paz cometidos por la propaganda televisiva, los crímenes de guerra cometidos por las fuerzas militares de la OTAN y los crímenes contra la humanidad patrocinados por los líderes políticos de la Alianza Atlántica.

Poco menos de la mitad de los europeos siguen apoyando la guerra contra Libia. Su posición se basa en información errónea. Ellos todavía creen, de hecho, que en febrero el "régimen de Gaddafi" aplastó las protestas en Benghazi con una fuerza brutal y bombardeó barrios civiles en Trípoli, mientras que el propio coronel se refería a "ríos de sangre" si sus compatriotas continuaban desafiando su autoridad .

Durante mi investigación de dos meses sobre el terreno, he podido comprobar que estas acusaciones eran solo intoxicación de la propaganda, diseñada por los poderes de la OTAN para crear las condiciones para la guerra, y transmitida a todo el mundo por sus medios de televisión, en particular Al-Jazeera , CNN, BBC  y France24.

Sin embargo, el lector que no sabe donde permanecer en relación con este asunto y quien, -a pesar del lavado de cerebro de Septiembre 11 y de las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein-  se niega a aceptar que los Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Qatar fueron realmente capaces de fabricar tales mentiras, podrá forjar una opinión a través del tiempo.  La OTAN, la más grande coalición militar en la historia, después de cinco meses de bombardeos no ha podido derrocar  a aquel que se designa como a “un tirano”.   Cada viernes, una gran demostración en apoyo del régimen es organizado en una ciudad diferente y todos los expertos consideran de manera unánime que el coronel Gaddafi disfruta de al menos un 90% de apoyo popular en Trípoli y de un 70% a lo largo de todo el país, incluyendo las áreas “rebeldes”.  Son personas que cada día se oponen al bloqueo, los bombardeos aéreos y la lucha  terrestre. Nunca defenderían con su sangre a alguien que ha cometido contra ellos  los crímenes de los cuales ha sido acusado por la comunidad internacional.  La diferencia entre aquellos en Occidente que creen que Gaddafi es un tirano que disparó contra su propio pueblo, y aquellos en Libia que creen que es un héroe de la lucha anti- imperialísta, es que los primeros viven de una ilusión creada por la propaganda televisiva, mientras que los otros están expuestos a la concreta realidad en el terreno. 

Dicho lo anterior, existe una segunda ilusión en la cual Occidente ha sucumbido –y en el campo Occidente no solamente incluyo a Israel, a donde siempre ha reclamado pertenecer, sino también las monarquías del Consejo de Cooperación del Golfo y Turquía que, a pesar de la cultura oriental, ha optado por adoptar-  la ilusión de pensar que es posible devastar un país y matar su gente sin consecuencias legales.  Es verdad que hasta ahora, la justicia internacional ha sido la justicia de los victoriosos o los poderosos.  Se podría recordar al oficial nazi que hostigó a los jueces de Núremberg diciéndoles que si el Reich hubiera ganado la guerra, los jueces hubieran sido nazis, en tanto que aquellos juzgados como responsables de crímenes de guerra hubieran sido los aliados. 

Más recientemente, vimos como la OTAN usó la Corte Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia para intentar justificar a posteriori que la Guerra en Kosovo fue “la primera Guerra humanitaria en la historia”, de acuerdo con la expresión utilizada por Tony Blair.  O cuando, el Tribunal especial para el Líbano fue utilizado en un intento de derrocar el gobierno sirio, decapitar el Hezbollah zibanés y probablemente acusar la Guardia Revolucionaria Iraní. Para no mencionar la Corte Penal Internacional, el brazo secular de los poderes coloniales europeos en África. 

Sin embargo, el desarrollo de instrumentos y órganos de justicia internacional a través del siglo veinte ha establecido gradualmente un orden internacional que los súper-poderes tendrán que cumplir o que tendrán que sabotear para escapar de sus responsabilidades. En el caso de Libia, las violaciones de la ley internacional son incontables.  Las principales, que se mencionan más adelante, fueron mencionadas por el Comité Técnico Provisional, un órgano libio de coordinación ministerial, y  expuestas en varias conferencias de prensa por el consejero legal para el “Libyan Arab Jamahiriya”, el abogado francés  Marcel Ceccaldi.

Algunos canales de televisión que, bajo el liderazgo de sus respectivos gobiernos han manufacturado falsas informaciones para conducir a la guerra, son culpables de “crímenes contra la paz” como se define por las resoluciones relevantes de la Asamblea General de la ONU en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial.  Los periodistas-propagandistas, deberían ser considerados  inclusive más responsables que los militares perpetradores de crímenes de Guerra o de crímenes contra la humanidad, en la medida  en que ninguno de esos crímenes podría haber sido posible sin el que los precedió: los “crímenes contra la paz”. 

Los líderes politicos de la Alianza Atlántica, que desviaron el objeto y propósito  de la Resolución  1973 para inmiscuirse en una guerra de agresión contra un Estado soberano, son personalmente responsables ante la justicia internacional. Ciertamente, de acuerdo con la jurisprudencia establecida por el Tribunal de Tokio luego de la Segunda Guerra Mundial, los delitos no pueden ser atribuidos ni a Estados ni a organizaciones, sino a individuos. En saqueo de los bienes de un Estado, el establecimiento de un bloqueo naval y el bombardeo de la infraestructura para causar sufrimiento, el ataque de un ejército dentro de sus barracas y la orden de asesinar los líderes enemigos, o en su defecto, la orden de aterrorizarlos con la amenaza de matar a sus familias, constituye crímenes de guerra.  Su comisión sistemática, como es el caso que nos ocupa, constituye un crimen contra la humanidad. Este delito es imprescriptible, lo cual quiere decir que Obama, Sarkozy, Cameron y Al-Thani serán perseguidos por la ley por el resto de sus vidas. 

La OTAN, como una organización, es legalmente responsable por el daño material y humano de esta Guerra.  La ley no deja espacio para la duda respecto de lo que la Organización debe pagar, inclusive aunque seguramente tratará de invocar un privilegio de jurisdicción para  deshacerse de sus responsabilidades. Corresponderá a la Alianza decidir cómo se dividirá entre los Estados miembros el pago de la factura por el conflicto, incluso aunque algunos de ellos estén en el límite de la bancarrota. A esto seguirán consecuencias económicas desastrosas para su gente, culpables de haber respaldado tales crímenes. En una democracia, nadie puede reclamar inocencia por los crímenes cometidos en su nombre. 

La justicia internacional tendrá que referirse más específicamente al caso de la “administration” Sarkozy.  Se usa aquí la expresión en ingles para resaltar el hecho de que el presidente francés ha conducido la política de gobierno directamente, sin pasar por su primer ministro. Ciertamente, Francia ha jugado un papel central en la preparación de esta Guerra desde Octubre de 2010, organizando un golpe militar fallido y entonces, a principios de noviembre de 2010, planeando con el Reino Unido el bombardeo de Libia y el desembarco de tropas en su suelo, lo cual ellos creyeron sería factible, y finalmente, conspirando activamente en los disturbios letales de Benghazi que llevaron a la guerra. 

Adicionalmente Francia, más que cualquiera otro poder, ha desplegado fuerzas especiales sobre el terreno –sin uniformes- y violado el embargo de armas entregándoselas a los insurgentes directamente o a través  de aeronaves Qataríes.  Para no mencionar que Francia ha violado el embargo de activos libios, canalizando parte del efectivo desde el Fondo de Soberanía Libio a las marionetas del CNT, en detrimento del pueblo libio que buscaba garantizar el bienestar sus hijos de cara al agotamiento del petróleo. 

Los  caballeros de la OTAN, esperan escapar de la justicia internacional devastando su víctima (Libia) en unos cuantos días, de manera que ella no sobreviva para perseguirlos.   Pero Libia está todavía ahí. Está radicando quejas ante la Corte Penal Internacional, los tribunales belgas (en cuya jurisdicción cae la OTAN), el Tribunal de Justicia Europea, y los tribunales nacionales de los Estados agresores.  Libia está adelantando gestiones ante el Consejo de Derechos Humanos de Ginebra, el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas.  No será posible para los grandes poderes extinguir todos los incendios a la vez.  Al contrario, los argumentos que usen  para evadirse en una Corte se volverán contra ellos en otra Corte.  En algunas semanas o meses, si no tienen éxito destruyendo Trípoli, no tendrán otro camino  que evitar las condenas humillantes y negociar entonces el retiro de las demandas a un alto precio. 

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