"Cualquier recurso a la guerra, a cualquier tipo de guerra, es un recurso a medios que son inherentemente criminales. Guerra, inevitablemente, es un curso de asesinatos, asaltos, privaciones de la libertad, destrucción de la propiedad.

"


Robert Jackson

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viernes, 4 de mayo de 2012

NICOLE FRITZ: El valor real de buscar justicia, es cerrar el capítulo.


Las muchas víctimas de Sierra Leona sabrán ahora que los crímenes cometidos contra ellos no pasaron desapercibidos.


Por Nicole Fritz 


Traducido por Luis J. Leaño.

2012/05/04

El mes pasado la Corte Especial para Sierra Leona condenó al antiguo presidente de Liberia, Charles Taylor, por crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y otras violaciones del derecho humanitario. Se trata de la condena de más alto perfil que ha hecho la Corte y de la sentencia por la cual ésta probablemente será reconocida.


La Corte no lo encontró responsable, como lo había solicitado la Fiscalía, sobre la base de la responsabilidad de comando por las horribles atrocidades cometidas por el Frente Unido Revolucionario y otras fuerzas rebeldes en Sierra Leona durante la guerra civil, o porque hubiera formado una empresa criminal conjunta con los rebeldes, sino por haber ayudado e instigado los actos de los rebeldes y por haber ayudado a planear algunos de los ataques rebeldes.
Para algunos observadores, esto parecería algo menos que la condena rotunda que todo el tiempo, esfuerzo y recursos desplegados por Corte debería producir. Sin embargo Taylor pobablemente vivirá el resto de sus días en prisión y las muchas víctimas de la guerra de Sierra Leona sabrán ahora que los crímenes en su contra no pasaron desapercibidos.


La justicia penal internacional, particularmente en el contexto africano, es un blanco fácil. Los críticos preguntan qué dividendos esta presta. Muy costosa, toma mucho tiempo, muy lejos, -dicen-. Hay que admitir que algunas de esas críticas son hechas sobre una base justa. Es dificil por ejemplo, que los procedimientos penales internacionales tengan un efecto disuasivo. Acaso el presidente sirio Bashar al-Assad se ha suavizado con las fuerzas anti gubernamentales por miedo a una posible acusación ante la CPI? O quizá Omar al-Bashir, sujeto ya a una acusación ante la CPI, ha hecho de este impedimento una parte de sus cálculos contra Sudán del Sur?

Pero quisieramos exigir de la justicia penal internacional más de lo que exigimos de cualquier proceso penal doméstico. Incontables estudios llaman la atención acerca del efecto disuasivo de los procesos domésticos y los castigos sin que nos hayamos preguntado por el valor de dichos procedimientos.
La historia de fondo es otra sentencia de derecho internacional expedida el mes pasado, que quizá mejor testifica acerca del valor de un proceso como el realizado contra Taylor. Este caso, adelantado ante la Corte Europea de Derechos Humanos, se relaciona con la masacre de Katyn, una atrocidad acaecida en la Segunda Guerra Mundial en la cual más de 20000 oficiales del ejército polaco y otros nacionalístas fueron ejecutados -un crimen que se pretendió ocultar enterrando sus cuerpos en el bosque ruso de Katyn-. Los crímenes se ejecutaron por órdenes de Stalin después de la invasións soviética a Polonia, pero los rusos culparon a los nazis del crimen, como que intentaban procesarlos en Núremberg. Solamente hasta 1993 el presidente ruso Boris Yeltsin reconoció que Stalin y el politburó del partido comunista fueron responsables de la masacre.

Los descendientes de las víctimas intentaron iniciar investigaciones y procesos hasta que en en 2004, funcionarios rusos clasificaron la mayoría de los volúmenes reunidos en la investigación como "top secret", eliminando efectivamente la búsqueda de responsabilidad por parte de los descendientes.

Entonces buscaron la asistencia de la Corte Europea. La sentencia de la Corte tiene un valor limitado, en la medida en que concluye que el tiempo transcurrido entre los crímenes (1940) y la vigencia de las obligaciones de Rusia bajo la Convención Europea (1998) implica que el organísmo jurisdiccional no tendría jurisdicción para ordenar la investigación y proceso. Sin embargo, es precisamente ese lapso de tiempo lo que hace el caso tan notable.
Setenta y dos años y varias generaciones transcurridas, los demandantes ante la Corte, incluyendo una viuda, hijos y nietos, buscan el reconocimiento oficial de lo malo que fue hecho con sus familias.

Las sentencias de la Corte tienden a ser uni dimensionales, destacando el tema en cuestión. Sin embargo, incluso si para los descendientes, cada día de los pasados 72 años no ha sido solamente lidiar con tristeza con el trauma de Katyn, no hay duda que este ha cernido una larga sombra sobre sus vidas, que sus vidas podrían haber sido más fáciles con el conocimiento de lo que pasó, que sus esposos, padres y abuelos no simplemente desaparecieron.

La justicia penal internacional no borrará el trauma de los crímenes internacionales, pero su reconocimiento, su responsabilidad, otorgan cierta manera de aliviar el sufrimiento y la memoria de aquellos que soportaron la brutal guerra de Sierra Leona -un prospecto que buscan todavía muchos de aquellos que, después de 72 años, buscan ajustar las cuentas por la masacre de Katyn.

Su justificación descansa no en el ofrecimiento de un bálsamo completo, pero si en el ofrecimiento de algún alivio.
• Fritz es director del Southern Africa Litigation Centre.


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