Por LAWRENCE DAVIDSON
SEPTEMBER 23, 2011
Primera Parte. La erosión de la jurisdicción universal.
En Febrero de 2011 se hizo un análisis sobre el tema de la jurisdicción universal. Este es el primer parágrafo del documento:
Primera Parte. La erosión de la jurisdicción universal.
En Febrero de 2011 se hizo un análisis sobre el tema de la jurisdicción universal. Este es el primer parágrafo del documento:
“Uno de los actos realmente progresivos al final de
la segunda guerra mundial fue el establecimiento del principio de la
jurisdicción universal. La jurisdicción universal es el proceso legal que
permite a los Estados signatarios de varios tratados internacionales y
convenciones (tales como la Convención de Ginebra) para perseguir a los
supuestos violadores de esos tratados, inclusive cuando esas violaciones son
cometidas fuera de las fronteras del país. La situación es particularmente
cierta si pudiera ser demostrado que el país de origen del acusado no tiene
intensión de procesar al violador por la supuesta ofensa. La suposición detrás
del principio es que el delito cometido es de tal magnitud como para ser
considerado como un crimen contra la humanidad en su conjunto. A la realidad
del holocausto Nazi y otros crímenes contra la humanidad, la jurisdicción
universal fue aceptada como un paso legal positivo para casi todas las naciones
occidentales.”
Han transcurrido 66 años desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la memoria de los campos de concentración se ha desvanecido (excepto cuando se ha invocado como una herramienta política por los Sionistas). Los subsecuentes holocaustos en Camboya, Ruanda y Bosnia han sido suficientes para mantener el asunto de los crímenes contra la humanidad como un tema central en las mentes gubernamentales de los grandes poderes. El hecho histórico es que tales crímenes cometidos en los bordes del mundo europeo o más allá, no han sido nunca vistos con la misma simbólica importancia como se vieron con el holocausto Nazi. Y de esta manera cesamos de prestar atención. Esto permitió la erosión de las salvaguardas contra esos crímenes, tal como la jurisdicción universal.
Ahora tenemos la prueba de este proceso de erosión. En Septiembre 15 de 2011, la Gran Bretaña cambió sus leyes de jurisdicción universal para permitir al gobierno, en la persona del Director de Acusaciones Públicas, vetar cualquier orden de arresto de un juez británico que referencie el asunto de la jurisdicción universal. Lo que esto quiere decir que cuando crímenes contra la humanidad son cometidos por representantes de un poder amigo de la Gran Bretaña, el gobierno puede negar cualquier riesgo de arresto para aquellas personas, mientras visiten el suelo Británico. Esta se convierte en la respuesta del gobierno Británico para las órdenes expedidas para el arresto de personajes israelíes tales como el antiguo ministro de relaciones exteriores Lzipi Livni en 2009. Las leyes Británicas de Jurisdicción Universal existen por virtud del hecho de que la Gran Bretaña es signataria del la Cuarta Convención de Ginebra, pero esto no parece importar mucho. En nombre de las amigables relaciones con Israel, el gobierno Británico prefiere renunciar a sus obligaciones bajo la superflua ley internacional.
Por supuesto que el gobierno Británico no explica sus acciones de esa manera. El Secretario de Justicia Kenneth Clarke insiste en que el gobierno es “consiente acerca de sus obligaciones internacionales”. Este cambio en las leyes ha sido diseñado simplemente para “asegurar… que los casos de jurisdicción universal son procesados sobre la base de una sólida evidencia que probablemente llevará a una exitosa acusación.” El hecho de que los crímenes israelíes contra los Palestinos están dentro de los mejor documentados, parece no ser parte del mundo judicial de Clarke. Ciertamente, de acuerdo con Matthew Gould, embajador británico es Israel, las órdenes de arresto contra israelíes por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad son solamente “abusos” del sistema judicial británico llevados a cabo por “razones políticas”.
Segunda Parte - Estándares dobles
En verdad, lo que el gobierno británico ha hecho es institucionalizar los dobles estándares. Imagínense lo que pasaría si el jefe de las Brigadas de Izz ad-Din al-Qassem Brigadas (ala militar de Hamas) volara al aeropuerto de Heathrow para ver a algún amigo enfermo. Los sionistas británicos tendrían a un juez expidiendo una orden en una hora y el gobierno británico la haría cumplir sin lugar a dudas. Ahora imagine que en la misma época el general israelí Yoav Galant llegara al mismo aeropuerto. Galant fue el Jefe del Estado Mayor israelí durante la Operación Cast Lead y públicamente declaró que la operación convirtió a Gaza en una "zona de entrenamiento ideal" para probar nuevas armas que fueron a menudo prohibidas bajo el derecho internacional. Con esta nueva calificación de la ley de justicia universal, nada le pasaría a Galant. Y ese doble rasero está absolutamente en su lugar "por razones políticas".
Este es un precedente funesto porque casi con seguridad, otros países seguirán el ejemplo británico. Sin embargo, este no es el único caso de erosión del derecho internacional. El derecho internacional referenciado al comportamiento en alta mar ha sido recientemente puesto en tela de juicio y supongo quien obligó la cuestión. Israel otra vez. Es un hecho que todas las grandes potencias y la ONU, se mostraron dispuestos a dejar que los israelíes atacaran a un buque turco desarmado en aguas internacionales y mataran a nueve pasajeros. Sólo Turquía ha adoptado una posición de derecho internacional. Luego está la corrupción de Estados Unidos a la Corte Penal Internacional (véase mi análisis "Derecho Internacional y el problema de ejecución", publicado el 4 de junio de 2011) y, finalmente, el uso repetido de un veto de EE.UU. en el Consejo de Seguridad para proteger a su aliado -Israel -cuando ese país viola el derecho internacional por el traslado de su propia población al territorio ocupado y comete a diario crímenes contra los palestinos.
Conclusión
Ese es el poder de la soberanía. Si Saddam Hussein, como un aliado de EE.UU., se hubiera limitado a matar a los kurdos iraquíes y chiíes por decenas de miles, nadie hubiera intervenido. Sin embargo, en ambos casos los dictadores cometieron el error de provocar la ira de las grandes potencias al cruzar la frontera por razones distintas de la flagrante defensa propia. Ahora los israelíes han demostrado que este criterio (apegarse al territorio para hacer la matanza) es arbitraria. Ellos cruzan las fronteras todo el tiempo (como lo hace su patrón de gran poder). Mi conjetura es que, a diferencia de Iraq, los israelíes podrían haber invadido Kuwait y se hubieran salido con la suya! Esto se debe a que son algo más que protegidos por los Estados Unidos. Washington no controla a su aliado, el aliado controla Washington. Organizaciones israelíes como el AIPAC controlan el flujo de información relevante y dictan la política del Medio Oriente al gobierno de "mayor poder en la tierra." Es por eso que las resoluciones conjuntas, una ovación de pie a Netanyahu y proclamas estúpidas como "Israel tiene el derecho de anexionarse Cisjordania" fluyen ininterrumpidas en los pasillos del Congreso.
Es extraño. Lo único que se interpone entre todos nosotros y el próximo holocausto es el derecho internacional y las provisiones de tratados, como el de la jurisdicción universal. Pero a quién le importa? No precisamente a los gobiernos de EE.UU. o de la Gran Bretaña, ni a los sionistas. No. Se desvanece la memoria y el doble rasero es, después de todo, un ser humano universal fallido. Por lo tanto, es sólo cuestión de tiempo antes de que todo suceda de nuevo. No en un lugar lejos, como en los Balcanes o en África o el Lejano Oriente, sino una vez más aquí en Occidente. Como si nunca el desastre civil de la Segunda Guerra Mundial hubiera acontecido.
* Lawrence Davidson es profesor de historia en West Chester University. Es autor de varios libros incluhyendo, Islamic Fundamentalism and America's Palestine: Popular and Official Perceptions from Balfour to Israeli Statehood.
Han transcurrido 66 años desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la memoria de los campos de concentración se ha desvanecido (excepto cuando se ha invocado como una herramienta política por los Sionistas). Los subsecuentes holocaustos en Camboya, Ruanda y Bosnia han sido suficientes para mantener el asunto de los crímenes contra la humanidad como un tema central en las mentes gubernamentales de los grandes poderes. El hecho histórico es que tales crímenes cometidos en los bordes del mundo europeo o más allá, no han sido nunca vistos con la misma simbólica importancia como se vieron con el holocausto Nazi. Y de esta manera cesamos de prestar atención. Esto permitió la erosión de las salvaguardas contra esos crímenes, tal como la jurisdicción universal.
Ahora tenemos la prueba de este proceso de erosión. En Septiembre 15 de 2011, la Gran Bretaña cambió sus leyes de jurisdicción universal para permitir al gobierno, en la persona del Director de Acusaciones Públicas, vetar cualquier orden de arresto de un juez británico que referencie el asunto de la jurisdicción universal. Lo que esto quiere decir que cuando crímenes contra la humanidad son cometidos por representantes de un poder amigo de la Gran Bretaña, el gobierno puede negar cualquier riesgo de arresto para aquellas personas, mientras visiten el suelo Británico. Esta se convierte en la respuesta del gobierno Británico para las órdenes expedidas para el arresto de personajes israelíes tales como el antiguo ministro de relaciones exteriores Lzipi Livni en 2009. Las leyes Británicas de Jurisdicción Universal existen por virtud del hecho de que la Gran Bretaña es signataria del la Cuarta Convención de Ginebra, pero esto no parece importar mucho. En nombre de las amigables relaciones con Israel, el gobierno Británico prefiere renunciar a sus obligaciones bajo la superflua ley internacional.
Por supuesto que el gobierno Británico no explica sus acciones de esa manera. El Secretario de Justicia Kenneth Clarke insiste en que el gobierno es “consiente acerca de sus obligaciones internacionales”. Este cambio en las leyes ha sido diseñado simplemente para “asegurar… que los casos de jurisdicción universal son procesados sobre la base de una sólida evidencia que probablemente llevará a una exitosa acusación.” El hecho de que los crímenes israelíes contra los Palestinos están dentro de los mejor documentados, parece no ser parte del mundo judicial de Clarke. Ciertamente, de acuerdo con Matthew Gould, embajador británico es Israel, las órdenes de arresto contra israelíes por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad son solamente “abusos” del sistema judicial británico llevados a cabo por “razones políticas”.
Segunda Parte - Estándares dobles
En verdad, lo que el gobierno británico ha hecho es institucionalizar los dobles estándares. Imagínense lo que pasaría si el jefe de las Brigadas de Izz ad-Din al-Qassem Brigadas (ala militar de Hamas) volara al aeropuerto de Heathrow para ver a algún amigo enfermo. Los sionistas británicos tendrían a un juez expidiendo una orden en una hora y el gobierno británico la haría cumplir sin lugar a dudas. Ahora imagine que en la misma época el general israelí Yoav Galant llegara al mismo aeropuerto. Galant fue el Jefe del Estado Mayor israelí durante la Operación Cast Lead y públicamente declaró que la operación convirtió a Gaza en una "zona de entrenamiento ideal" para probar nuevas armas que fueron a menudo prohibidas bajo el derecho internacional. Con esta nueva calificación de la ley de justicia universal, nada le pasaría a Galant. Y ese doble rasero está absolutamente en su lugar "por razones políticas".
Este es un precedente funesto porque casi con seguridad, otros países seguirán el ejemplo británico. Sin embargo, este no es el único caso de erosión del derecho internacional. El derecho internacional referenciado al comportamiento en alta mar ha sido recientemente puesto en tela de juicio y supongo quien obligó la cuestión. Israel otra vez. Es un hecho que todas las grandes potencias y la ONU, se mostraron dispuestos a dejar que los israelíes atacaran a un buque turco desarmado en aguas internacionales y mataran a nueve pasajeros. Sólo Turquía ha adoptado una posición de derecho internacional. Luego está la corrupción de Estados Unidos a la Corte Penal Internacional (véase mi análisis "Derecho Internacional y el problema de ejecución", publicado el 4 de junio de 2011) y, finalmente, el uso repetido de un veto de EE.UU. en el Consejo de Seguridad para proteger a su aliado -Israel -cuando ese país viola el derecho internacional por el traslado de su propia población al territorio ocupado y comete a diario crímenes contra los palestinos.
Conclusión
Ese es el poder de la soberanía. Si Saddam Hussein, como un aliado de EE.UU., se hubiera limitado a matar a los kurdos iraquíes y chiíes por decenas de miles, nadie hubiera intervenido. Sin embargo, en ambos casos los dictadores cometieron el error de provocar la ira de las grandes potencias al cruzar la frontera por razones distintas de la flagrante defensa propia. Ahora los israelíes han demostrado que este criterio (apegarse al territorio para hacer la matanza) es arbitraria. Ellos cruzan las fronteras todo el tiempo (como lo hace su patrón de gran poder). Mi conjetura es que, a diferencia de Iraq, los israelíes podrían haber invadido Kuwait y se hubieran salido con la suya! Esto se debe a que son algo más que protegidos por los Estados Unidos. Washington no controla a su aliado, el aliado controla Washington. Organizaciones israelíes como el AIPAC controlan el flujo de información relevante y dictan la política del Medio Oriente al gobierno de "mayor poder en la tierra." Es por eso que las resoluciones conjuntas, una ovación de pie a Netanyahu y proclamas estúpidas como "Israel tiene el derecho de anexionarse Cisjordania" fluyen ininterrumpidas en los pasillos del Congreso.
Es extraño. Lo único que se interpone entre todos nosotros y el próximo holocausto es el derecho internacional y las provisiones de tratados, como el de la jurisdicción universal. Pero a quién le importa? No precisamente a los gobiernos de EE.UU. o de la Gran Bretaña, ni a los sionistas. No. Se desvanece la memoria y el doble rasero es, después de todo, un ser humano universal fallido. Por lo tanto, es sólo cuestión de tiempo antes de que todo suceda de nuevo. No en un lugar lejos, como en los Balcanes o en África o el Lejano Oriente, sino una vez más aquí en Occidente. Como si nunca el desastre civil de la Segunda Guerra Mundial hubiera acontecido.
* Lawrence Davidson es profesor de historia en West Chester University. Es autor de varios libros incluhyendo, Islamic Fundamentalism and America's Palestine: Popular and Official Perceptions from Balfour to Israeli Statehood.
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