"Cualquier recurso a la guerra, a cualquier tipo de guerra, es un recurso a medios que son inherentemente criminales. Guerra, inevitablemente, es un curso de asesinatos, asaltos, privaciones de la libertad, destrucción de la propiedad.

"


Robert Jackson

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martes, 6 de septiembre de 2011

Los Eco-crimenes son crímenes contra la humanidad

Por Isaac Davison


 Sep 6, 2011






Un autor está hacienda un llamado  para que los crímenes contra la naturaleza, o “ecocidio”, sean reconocidos como el quinto crimen contra la humanidad.

La escritora y abogada ambientalista británica Polly Higgins dice que las actuales leyes relativas al medio ambiente no cumplen su propósito y que las compañías que producen un daño serio y duradero a los ecosistemas deberían ser perseguidas en la Corte Penal Internacional de una manera similar a como se hace con el genocidio, los crímenes de guerra, los crímenes contra la humanidad y el crimen de agresión.

En una lectura realizada en la Auckland University, Higgins arguyó que las corporaciones deberían tener un deber de cuidado, o la misma responsabilidad que tienen los individuos de comportarse en su vida diaria, sin imprudencia o daños.

"Podemos permanecer encerrados por no pagar un a cuenta. En este momento vemos corporaciones que no pagan su cuenta cada día y son normalizados por la ley porque ponemos las utilidades primero."
Si el ecocidio fuera adoptado en La Haya, ella propone tres categorías de cargos criminales.

Para los individuos, tales como jefes ejecutivos y ministros de energía, que podrían ser acusados de ecocidio no intensional y de masacre ecológica. Sus sentencias deberían ser equivalentes a las que proceden por muerte provocada por manejo irresponsable, homicidio y asesinato.

La definición de ecocidio que ella propone es el daño masivo, la destrucción o pérdida de los ecosistemas de un territorio dado, ya sea por la acción humana o por otras causas, a tal punto que el disfrute pacífico de sus habitantes se vea severamente disminuido.

El tamaño, duración e impacto del ecocidio podría ser medido por las leyes internacionales aplicadas en tiempo de Guerra. EL ecocidio se produce si el tamaño del área afectada excede los 200 kilómetros de longitud, tiene un impacto en los ecosistemas por más de tres meses y tiene un impacto severo en los recursos humanos o naturales.

Higgins sugirió que la extracción de lignito en Southland y la perforación de aguas profundas en la Gran Cuenca del Sur podrían calificar como ejemplos, en Nueva Zelanda, de ecocidio, porque estas actividades crearían enormes emisiones de gases de efecto invernadero.

La legislación propuesta ha adquirido un interés significativo desde el derrame petrolero de la BP en aguas profundas, que produjo el peor desastre ambiental de los Estados Unidos.

Higgins dijo que en la actualidad, BP no tiene responsabilidad de proteger el ambiente porque los sistemas legales tratan todo lo que no es humano, como una propiedad. Ella considera que el mundo require un cambio desde el modelo legal de la propiedad, al modelo de administración.

Gran parte de las herramientas existen ya en la forma de una Corte Penal Internacional, Naciones Unidas y la ley internacional de crímenes contra la paz y el derecho humano a la vida.

Su seminario citó la investigación de las Naciones Unidas de 2008, que mostro cómo las tres mil más grandes corporaciones del mundo causan $2.2 trillones de dólares en daños al medio ambiente cada año.

Si el daño ambiental serio es penalizado, -dijo-, el dinero fluiría hacia la innovación.

Arguyó además que la legislación internacional es la única vía para luchar contra el ecocidio porque en la actualidad las empresas infractoras pueden abandonar un sitio y registrarse de nuevo en otro territorio.

Después de su discurso, Higgins fue preguntada si sus propuestas no eran muy radicales para ganar fuerza, a lo cual respondió: “Algunas cosas son siempre radicales cuando son innovadoras. El origen de la palabra radical indica halar desde las raíces.  No estoy en contra de las utilidades económicas, sino que sugiero evitar este barco que se hunde muy rápido”.

Higgins ya ha tenido éxito en las propuestas de una ley que proteja los derechos de naturaleza.  Después de proponer esta legislación a las Naciones Unidas en Abril de 2010, esta fue adoptada por el Gobierno Boliviano e incorporada dentro de su legislación interna.

Higgins dijo que la idea de que la naturaleza no humana tiene derechos está también arraigada en la cultura Budista, con 750 millones de personas alrededor del mundo, y es apetecida por las culturas indígenas, incluyendo la Maori.

"Es el mundo desarrollado el que se ha desconectado," añadió.
By Isaac Davison



http://www.nzherald.co.nz/environment/news/article.cfm?c_id=39&objectid=10749842

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