"Cualquier recurso a la guerra, a cualquier tipo de guerra, es un recurso a medios que son inherentemente criminales. Guerra, inevitablemente, es un curso de asesinatos, asaltos, privaciones de la libertad, destrucción de la propiedad.

"


Robert Jackson

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domingo, 25 de enero de 2015

5 formas en que la justicia penal de Estados Unidos viola los derechos humanos.



Alexa Van Brunt

Traducido por Luis Leaño.

En un movimiento que ha recibido poca atención en los medios nacionales, la organización iraní Centro Global de Apoyo a los Derechos Humanos, ha publicado un informe sobre el estado de los abusos de derechos humanos en América. Para muchos, esto puede parecer el colmo de la hipocresía. Pero tal vez, cuando una organización de derechos humanos en una nación virulentamente anti democrática reporta la gran cantidad de abusos que se producen en nuestra propia casa, nos haría bien tomar nota.

La publicación del informe de tortura del Senado a finales del año pasado, indignó a muchos, y con razón. Las revelaciones relativas a los actos atroces cometidos contra personas bajo custodia estadounidense, subrayaron una profunda hipocresía en nuestra identidad nacional: nos adherimos a una tradición de respeto por el imperio de la ley, mientras se somete a toda una clase de gente a la detención indefinida y la tortura. Son crímenes de guerra bajo nuestra ley doméstica y frente al derecho internacional.


Y como consecuencia, se han concertado esfuerzos de políticos para reafirmar la prohibición de la tortura, y se han hecho llamados para "purgar" los administradores que respaldaron tales crueldades. Pero, como el informe iraní señala, los abusos de los derechos humanos no están relegados a Guantánamo o a sitios oscuros en Siria. El sistema de justicia penal estadounidense se ha basado en - y continúa dependiendo de - tales tácticas de manera tan cotidiana como hacer negocios.


1. La aplicación de la ley en este país depende de brutalidades cotidianas.


Amnistía Internacional concluyó que entre 2001 y 2013, hubo 540 muertes provocadas por la policía con pistolas paralizantes, sobre todo contra personas desarmadas que no parecen representar una amenaza seria. El informe del Comité de la ONU de agosto de 2014 sobre la Eliminación de la Discriminación Racial, concluyó de manera similar (lo que no es sorprendente para quien viera las noticias del pasado otoño) que hay una tendencia al uso excesivo de la fuerza por parte de la policía contra las minorías. Y un nuevo estudio realizado por Pro Publica, que examinó los datos del FBI de muertes que implicaban a la policía, encontró que los hombres negros entre las edades de 15 y 19 años tienen 20 veces más probabilidades de ser asesinados por la policía que los blancos, incluso ajustando los índices de criminalidad.


2. No hemos remediado muchos abusos de la policía en el pasado.


En Chicago, donde trabajo, el comandante de la Policía Jon Burge y sus subordinados torturaron más de 100 hombres negros en la década de 1970 a 1990, utilizando métodos como descargas eléctricas, bolsas en la cabeza, simulacros de ejecución y quemaduras con radiador. Los efectos del anillo de tortura de Burge continúan reverberando en las comunidades de Chicago como que decenas (y posiblemente más de 100) de las víctimas, permanecen encerrados como resultado de confesiones forzadas obtenidas mediante tortura, y a pesar de los esfuerzos de los abogados de derechos civiles por buscar nuevas audiencias para éstos hombres.


3. Nuestro país contempla el encarcelamiento como una forma de apartheid social.


Estados Unidos tiene un 5 por ciento de la población mundial y el 25 por ciento de su población carcelaria. Un ejemplo revelador del problema: hay más estadounidenses tras las rejas que los que fueron mantenidos en los gulags de Stalin en el punto álgido del régimen del autócrata. El muy conocido "Nuevo Jim Crow," implica que la tasa de encarcelamiento para los hombres negros estadounidenses ha llegado a 4.347 por cada 100.000 estadounidenses - casi 27 veces la tasa de encarcelamiento de Arabia Saudita, un país que los Estados Unidos se ufana citando por sus abusos sistemáticos de derechos humanos.


4. Estados Unidos somete regularmente seres humanos a aislamiento en cárceles, como forma de control social.


Esto incluye el encarcelamiento por 22-24 horas al día, en celdas tan pequeñas como de 6 x 9 pies. De acuerdo con un estudio de la Oficina de Estadísticas de Justicia publicado en 2005 (los datos más recientes disponibles), más de 80.000 personas fueron mantenidas en este tipo de alojamiento restringido ese año - una subestimación probable de la población actual. Un informe publicado recientemente por el Comité contra la Tortura ("otro reporte acerca de la tortura") fustigó a los Estados Unidos por su continua dependencia en el régimen de aislamiento, una práctica conocida para causar descompensación mental, deterioro físico y aumento en las tasas de suicidio. La práctica viola indiscutiblemente la Convención Contra la Tortura - por no hablar de nuestra propia Constitución.


5. Estados Unidos lidera el mundo, sólo por detrás de Irak, Irán, China y Arabia Saudita, en el uso de la pena de muerte.


Los métodos de ejecución van desde la forma más común, la inyección letal, a otras variaciones más arcaicas como la cámara de gas, la horca, y la electrocución. En un país que exalta la dedicación a la declaración de derechos, 6 de cada 10 estadounidenses piensa que es aceptable para el Estado matar a otro ser humano condenado por asesinato; El 28 por ciento de los estadounidenses incluso apoya la ejecución de enfermos mentales. La postura de Estados Unidos hacia la pena de muerte está en directa oposición al creciente movimiento abolicionista en el ámbito internacional.

Por esta letanía deprimente de prácticas - y otras - es por lo cual el Comité de la ONU contra la Tortura criticó recientemente a los Estados Unidos, dado su historial de violación de los derechos humanos, incluido el uso sistemático de la fuerza excesiva contra un joven negro desarmado por agentes de policía. Por ello incluso Irán, acierta al criticar los excesos de nuestro sistema de justicia penal.

Con un nuevo año sobre nosotros, es el momento de acordar el cambio de un sistema de justicia penal que causa daño a tantas personas. Podemos empezar por asegurar que la luz de la reforma se ha encendido con las protestas a raíz de la muerte de Michael Brown y Eric Garner, a pesar de la reacción en contra de este tipo de movimientos.

Y mientras algunos pueden creer que las tácticas utilizadas en los Estados Unidos son necesarias para mantener la paz, Europa presenta un contrapunto marcado a ese argumento. En Gran Bretaña, donde las armas están estrictamente controladas, los ciudadanos tienen aproximadamente 100 veces menos probabilidades de ser baleados por un agente de policía que en América. A pesar de ello, la tasa de asesinatos en Gran Bretaña en 2012 fue de 1,2 por 100.000 personas - en comparación con la de Estados Unidos de 4,7. Y en Alemania, donde la policía está entrenada para no utilizar las armas en situaciones que comúnmente provocan su uso en Estados Unidos, la tasa de homicidios en 2012 fue de 1,0 por cada 100.000 personas. Europa también ha prohibido la pena de muerte - y ha iniciado una campaña de derechos humanos contra las ejecuciones realizadas por el estado en los Estados Unidos.

2014 fue el año en que los Estados Unidos comenzaron a despertar a los problemas de nuestro sistema de justicia penal. Vamos a hacer que el año 2015, tomemos los pasos para corregirlos.
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Alexa Van Brunt es abogada y profesora de Derecho en el Centro de Justicia MacArthur en la Escuela de Derecho de Northwestern. Litigó casos a favor de las víctimas del escándalo de tortura policial de Jon Burge y otros abusos de la policía, así como demandas por los derechos de los presos. Ganadora del premio de los Votantes de la Illinois Organización Precinct Independiente (IVI-IPO) premio "Eagle Legal" de Illinois, y como becaria con la OpEdProject, realiza publicaciones en los temas de derechos civiles y de justicia penal, en particular en el Washington Post , The Guardian, y TruthOut.


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El original del artículo anterior puede revisarse en el siguiente enlace:

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