“El gobierno parece más preocupado por la posible vergüenza que las sentencias condenatorias injustas puedan causar que por poner coto a la tortura bajo custodia”
Amnistía Internacional
12 noviembre 2015
El sistema de justicia penal de China sigue dependiendo en gran medida de confesiones forzadas obtenidas mediante tortura y malos tratos, y los abogados que insisten en presentar denuncias de abusos son a menudo objeto de amenazas y hostigamiento, o incluso de detención y tortura, afirma Amnistía Internacional en un nuevo informe publicado hoy.
El sistema de justicia penal de China sigue dependiendo en gran medida de confesiones forzadas obtenidas mediante tortura y malos tratos, y los abogados que insisten en presentar denuncias de abusos son a menudo objeto de amenazas y hostigamiento, o incluso de detención y tortura, afirma Amnistía Internacional en un nuevo informe publicado hoy.
El informe, titulado “No End in Sight” documenta cómo las reformas introducidas en la justicia penal, anunciadas por el gobierno chino como avances en materia de derechos humanos, en realidad apenas han contribuido a cambiar la práctica profundamente arraigada de torturar a los detenidos para obtener confesiones forzadas. Los intentos de los abogados defensores de presentar o investigar las denuncias de tortura siguen siendo frustrados de forma sistemática por la policía, los fiscales y los tribunales.